Después de las elecciones europeas, el susto causado por los resultados considerablemente altos de los partidos de la derecha y de los nacionalistas se hizo presente en los medios de comunicación, aunque solo por un instante muy breve. A pesar de que la victoria de los partidos nutriéndose de prejuicios nacionalistas y racistas en Francia (Front National), Inglaterra (Ukip) y Dinamarca (Partido Popular Danés) ya es razón suficiente para justificar un ambiente de alarma en la Unión Europea.
Los nacionalistas sacan provecho de la antipatía contra la UE y el euro
La moneda única ha forzado a muchos de los supuestos "países de la periferia de la UE" a adoptar una actitud defensiva. Ante la industria de exportación alemana, incluso un país como Francia corre este peligro. En el pasado, estos países tenían la posibilidad de devaluar su moneda. Entonces, el precio de los productos de importación alemanes subía mientras que los productos propios del país en comparación resultaban más económicos. Desde la introducción del euro, esto ya no es posible. Nos encontramos con este argumento en muchas de las entrevistas para la película "¿Quién rescata a quién?" y no lo utilizan solamente nacionalistas. Por todas partes es un problema el derrumbamiento de industrias locales bajo la presión de la competencia. La brecha entre ricos y pobres en Europa está abriéndose a pasos agigantados. A ello se añade la política de austeridad devastadora prescrita por el gobierno alemán. En este contexto, las consignas de los nacionalistas encuentran suelo fértil. La xenofobia y el rechazo de la moneda única van mano a mano y son respuestas fáciles.
¿Qué pueden oponer los demócratas a este desastre?
Es decir la gente que esperaba una convivencia pacífica de diferentes naciones y culturas dentro de una Europa unida. ¿Qué podemos contestar frente a esto? ¿Lo del euro, quizás no es para tanto?
¡No cedamos la crítica del euro a Marine le Pen!
La película "¿Quién rescata a quién?" demostrará que el euro se convirtió sobre todo en un instrumento neoliberal de las grandes corporaciones y los bancos.
Un euro de los europeos hubiera tenido que impedir desde el principio la competencia ruinosa acerca de sueldos bajos y estándares sociales en la zona euro. De hecho, los países fundadores lo habían acordado. Sin embargo, precisamente Alemania inmediatamente incumplió este acuerdo de manera masiva. Las deregulaciones en el ámbito del trabajo – la legalización del prestamismo laboral, trabajo interino y mini-empleos, la disolución de la protección contra el despido – han bajado los costes por unidad salarial en términos relativos y han proporcionado ventajas de competencia a la industria exportadora alemana. Desde entonces, por ejemplo coches alemanes eran más baratos en Italia y Francia y el hundimiento de la industria automobiliaria italiana y francesa resultó inevitable. También la competencia con respecto a impuestos empresariales más bajos tiene consecuencias similares. El capital va a donde encuentra los impuestos más bajos y los requisitos medioambientales menos estrictos. De esta manera, las grandes corporaciones se aprovechan de la rivalidad entre estados y comunidades. Esta práctica ruinosa de desbancarse los unos a los otros dentro de una zona monetaria común provoca un empobrecimiento de la sociedad en general mientras las grandes empresas se hacen cada vez más ricas. Así se sacrifica también la democracia respondiendo a los deseos de los inversores.
Para un euro de los europeos además sería necesario otro tipo de Banco Central Europeo. La Reserva Federal de Estados Unidos por ejemplo proporciona financiación de manera directa para el estado. Cosa que el BCE no está permitido hacer. En lugar de eso, emite créditos muy baratos (actualmente con intereses del 0,25%) para bancos privados, los cuales a su vez los conceden a estados de la zona euro con tasas de intereses de un promedio entre el 3 y el 6%. ¡Se trata de un programa de financiación de muchos miles de millones para los bancos privados! En consecuencia, cada vez más estados europeos caen en la trampa de contraer deudas, es decir se convierten en financieros permanentes multimillonarios de los grandes grupos bancarios del mundo, sin ninguna perspectiva realista de un desendeudamiento duradero.
Evidentemente, un euro de los europeos no fue deseado
El verdadero mal no es el euro de por sí. Los aspectos políticos, de los cuales sólo presentamos dos a modo de ejemplo aquí, sin embargo lo han convertido en un instrumento que entrega Europa a los bancos y las grandes corporaciones, que los hace cada vez más ricos y poderosos y que empobrece y debilita a la gente.
El que ignora esto, ayuda a fortalecer los nacionalistas y racistas!
Cada día, más ciudadanas y ciudadanos contribuyen a que el proyecto "¿Quién rescata a quién?" se haga realidad. Unos hacen donaciones de dinero. Ya hemos coleccionado 149.180 € así que solamente faltan otros 10.820 €. Otros traducen entrevistas, nos ofrecen alojamiento o nos ayudan con informaciones locales durante el rodaje. Damos las gracias a todas ellas y ellos! Sin vosotros, la realización de la película no sería posible!
¡Hemos fijado la fecha para el estreno de la película! ¡El miércoles, 11 de febrero del 2015, alrededor de las 8 de la tarde se celebrará el estreno en por lo menos 150 lugares de toda Europa de manera paralela!
Todos que han contribuido a la realización de la película recibirán un DVD a tiempo para poder organizar su propio estreno en su ciudad o pueblo. ¡Ya pueden empezar a planificar y preparar este gran día de acción
Para conseguir también la suma restante de la financiación de la película, les rogamos:
• Ayúdenos a distribuir el llamado de apoyo de "¿Quién rescata a quién?"
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